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29 de Julio de 2020
¿Medio ambiente, piedra angular en el T-MEC?
Por César Murillo Juárez
Foto: IIJS. 2020
En 1993, Canadá, Estados Unidos y México negociaban por el bienestar de aproximadamente 379,784,129 habitantes, por la riqueza cultural y un territorio megadiverso el primer Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés). En enero de 1994 el tratado iniciaba su vigencia con enormes expectativas económicas, de integración, y preocupación ante una regulación ambiental asimétrica.
A 26 años de distancia, el nuevo T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, CUSMA por sus siglas en inglés), trae mayores retos al comercio, la producción de mercancías, las inversiones y la efectiva protección del medio ambiente.
¿Serán suficiente su Capítulo 24 y el nuevo Acuerdo de Cooperación Ambiental para garantizar un efectivo desarrollo sostenible de la región?
Sin sostenibilidad y seguridad climática, es un sinsentido pensar en inversiones y economía. La mariposa monarca uno de los símbolos por excelencia de la integración ambiental de Norte América, realiza un viaje migratorio anual de 4,500 kilómetros, dando un servicio ambiental de polinización esencial para la biodiversidad continental. A pesar de su fragilidad, sus mayores riesgos no son sus depredadores. El aíre y el agua son medios de movilidad natural para nuestras especies migratorias, no obstante, también son vectores para las substancias químicas, la contaminación atmosférica y los residuos que alteran los ecosistemas.La preocupación por la biodiversidad compartida en Norteamérica antecede a 1918 y trascendió a la firma del Tratado de Aves Migratorias entre Canadá y Estados Unidos. Más tarde en 1936 Estados Unidos y México, firmarían un Convenio similar incluyendo a los Mamíferos Cinegéticos.
La cooperación para el combate de la contaminación transfronteriza antecedió y quedo plasmada en el Acuerdo de Cooperación para la Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente en la Región Fronteriza (Acuerdo de La Paz) de 1983. Este acuerdo, resultó en grandes satisfacciones en cuanto a la mejora de las condiciones ambientales, el involucramiento ciudadano y la creación de entidades binacionales como el Banco de Desarrollo de América del Norte.
Todos estos fueron cimientos importantes para el NAFTA, que en 1994 creo la mayor zona de libre comercio en el mundo, aunque de sus 22 capítulos, solo el capítulo 11 abordaría indirectamente el medio ambiente. Al reconocer este, el derecho de las partes a dictar medidas para que las inversiones tomaran en cuenta las inquietudes ambientales y así evitar el relajamiento regulatorio que atrajera inversiones privadas que afectaran el medio ambiente. Dada la asimetría regulatoria, los tres países firmaron un Acuerdo Paralelo de Cooperación Ambiental que en 51 artículos complementarios, buscaba la mejora ambiental y estableció la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA), la cual canalizaría la cooperación y las peticiones de la ciudadanía ante la omisión de una aplicación efectiva de la legislación ambiental.
¿Aborda el nuevo T-MEC los riesgos ambientales que al igual que la mariposa monarca enfrentan sus tres Estados Parte?
- El T-MEC se integra por 34 capítulos, dedicando el Capítulo 24 al Medio Ambiente.
- Incluye nuevos compromisos en desafíos ambientales mundiales como el comercio ilegal de vida silvestre y la pesca ilegal no declarada y no reglamentada, la conservación de la biodiversidad, las sustancias agotadoras de la capa de ozono y la contaminación marina.
- Es el primer tratado comercial en incluir compromisos para mejorar la calidad del aire y combatir los desechos marinos. El tratado busca la mejora del nivel regulatorio, del impacto ambiental y una conducta empresarial responsable, entre otros.
- Reconoce expresamente al Acuerdo de Cooperación Ambiental (ACA), que será operado por la CCA, previendo además un Anexo Sectorial sobre substancias químicas.
César Murillo Juárez
Experto en regulación ambiental, energía y sustentabilidad. Socio en Murillo & Reyes Legal Consulting S.C.
Dos décadas de experiencia en el sector privado, internacional y gubernamental. Dentro de sus actividades se desempeñó como Director General de Gestión Integral de Materiales y Actividades Riesgosas, Jefe de Gabinete en la Subsecretaria de Gestión para la Protección Ambiental, SEMARNAT y Ministro Representante de Medio Ambiente de la Embajada de México en los Estados Unidos, entre otros cargos. Desde el sector privado ha llevado a cabo el financiamiento, desarrollo e implementación de proyectos de infraestructura, turísticos, productivos, de energía y cambio climático. Ha sido consultor para la conservación, compensación y aprovechamiento de recursos naturales, análisis de riesgo en manejo de substancias químicas y residuos, así como de la responsabilidad social-ambiental.Fue Punto Focal Técnico ante Naciones Unidas de los Convenios de Rotterdam, Estocolmo, Basilea y Minamata. Formó parte del equipo Negociador Mexicano del T-MEC, para los Anexos Sectoriales y el Capítulo Ambiental. Es Catedrático en sostenibilidad, Derecho Ambiental Internacional y Mexicano por 10 años en diversas instituciones universitarias.Licenciado en Derecho por la U.N.A.M, con una maestría (L.L.M.) en Derecho Internacional con la especialidad en Derecho Ambiental Internacional por la American University, Washington College of Law.
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